Caminando por el Paseo del Prado llegamos al Museo Thyssen Bornemisza; en la sala de exposiciones temporales nos encontramos con las bellezas más notables del panorama actual. Moda, Hollywood y famoseo en general, reunido en la capital española. ¿El culpable de esta concertación de estrellas y divas de la pantalla y de la pasarela? El fotógrafo peruano Mario Testino.
Su larga trayectoria universitaria en varios países le permitió moverse en altos círculos, pero fue al llegar a Londres cuando empezó realmente su carrera como fotógrafo de moda, hasta acabar siendo el mas solicitado por las famosas y la factoría de la moda.
En la sala se exponen 54 obras del fotógrafo, con las cuales se crea una transición desde lo más barroco a lo más simplista. Al principio del recorrido las modelos aparecen como un simple elemento decorativo de la composición, algo recargada y teatral, mimetizando a la mujer con el escenario, el todo.
Se puede incluso apreciar la influencia de otros artistas más clásicos en sus obras, quizá podemos ver en algunas a una Venus contemporánea, recordándonos al famoso cuadro de Botticelli.
Según avanzamos en la exposición los decorados se simplifican, como lo hace el estilismo y la ropa, la distancia entre la modelo y el objetivo se reduce, y al final del recorrido sobra hasta el color. Las imágenes se convierten en retratos más psicológicos que escenográficos, la (aparente) nada.
En estos casos la influencia no es tan dulce y delicada sino mas bien aparece una mujer fuerte, con carácter, pero siempre muy femenina y atractiva como podría ser en los cuadros de Lempicka.
Una muestra interesante, con un comisariado excelente, pero en la que nos asaltan dudas de si éste es el contexto adecuado para la exhibición de estas obras. En muchos de los casos se huele de lejos la intención comercial de las fotografías, así como el hecho de no existir más coherencia entre muchas de las obras que el propio montaje de la exposición, por lo que de haber sido de otra manera nos encontraríamos con un batiburrillo de imágenes que no serían propias de una exposición de arte.
En definitiva, el fotógrafo nos demuestra un gran conocimiento de la técnica, y en algunas de las series el mérito de su equipo de estilistas y escenógrafos. Y en la totalidad de ellas las modelos son personajes públicos, tanto modelos como actrices.
Todo esto nos lleva a pensar en el objetivo de la muestra, ¿se ha convertido el Thyssen en una revista de moda gigante para la que han sido encargadas estas fotografías, donde en cuya presentación se darían cita un grupo de personajes públicos y de las altas esferas con sus mejores galas?, ¿o es acaso Mario Testino un referente para fotógrafos tanto de moda como artísticos?.
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